Arce Gómez dice que restos de Quiroga están en una hacienda

Discurso. Marcelo Quiroga se dirige a la gente en una plaza en 1980.

El ex ministro del Interior, Luis Arce Gómez, declaró ayer a la Fiscalía, en el penal de Chonchocoro, que un militar habría enterrado en su hacienda los restos de Marcelo Quiroga Santa Cruz, desaparecido en la dictadura de Luis García Meza (1980-1981).

“Él (Luis Arce Gómez) ha dicho por qué lo han matado. ‘Yo no ordené que lo maten’ (dijo), y que entonces un militar ha solicitado el cuerpo de Quiroga Santa Cruz. Posiblemente lo haya enterrado en alguna de sus haciendas de esta persona (el militar) que ha solicitado el cuerpo”, explicó anoche el fiscal Eduardo Morales a la red televisiva Unitel.

Por su parte, el fiscal Isabelino Gómez declaró que “a consecuencia de esta afirmación se programó la declaración de Luis García Meza para el próximo miércoles a las 9.00 en el penal de Chonchocoro, a efectos de contrastar la declaración y si es necesario el Ministerio Público va a llamar a un careo entre los dos (Arce Gómez y García Meza)”.

Esto a efectos de establecer líneas y parámetros de la investigación, dada la magnitud del caso y las exigencias de las víctimas, dijo el fiscal Gómez. Además, dijo que la declaración del ex ministro del Interior   fue grabada en medio magnético y será consignada y remitida a Sucre para la evaluación de los otros miembros de la comisión de fiscales que indagan el paradero de los restos del ex líder socialista.

En ese sentido, aseguró que la información proporcionada por Arce Gómez será evaluada y, si fuera necesario, se lo volverá a convocar para que declare.

El 21 de septiembre, Luis Arce Gómez, ministro del Interior durante la dictadura de Luis García Meza (1980-1981), afirmó que tiene información del paradero de los restos de los desaparecidos en su régimen y anunció que piensa negociarla “para ganar algo”. El fiscal Gómez aseguró que ayer la ex autoridad ya no habló sobre esta posibilidad.

Quiroga Santa Cruz  fue torturado y asesinado en las primeras horas del golpe militar del 17 de julio de 1980, junto a otros dirigentes, tras una reunión en la Central Obrera Boliviana. El 25 de octubre su familia presentó una demanda en contra del Estado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la falta de voluntad de sus autoridades para dar con el paradero de los restos.

La Razón

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