La COB adoptó una posición crítica después del ‘gasolinazo’

Dirigentes de la COB y analistas políticos coinciden en que el “gasolinazo” fue el punto de inflexión en la relación entre la matriz de los trabajadores y el gobierno de Morales

Bolivia Informa

La Central Obrera Boliviana (COB) adoptó una posición crítica respecto al gobierno de Evo Morales después del denominado “gasolinazo”, reveló el secretario de Prensa y Propaganda de esta entidad, Bruno Apaza.

Aunque no ha roto un pacto político, asumido el 2009 con el Ejecutivo, ahora quiere que los beneficios del llamado proceso de cambio llegue a los bolsillos de los trabajadores y pide iniciar un debate nacional para profundizar ese proceso en beneficio de los sectores populares.

Por tal razón, sus dos principales demandas son un aumento salarial encima del 10 por ciento (planteó 15 por ciento) y la abrogación del Decreto Supremo 21060, que representa el neoliberalismo y la economía de mercado.

Para la analista política María Teresa Zegada, el punto de inflexión en la relación COB-Gobierno fue precisamente el decreto de diciembre del pasado año que elevó en 74 por ciento el precio de la gasolina, entre otras medidas que provocaron el rechazo de las organizaciones sociales.

Además que mostró una debilidad económica en el Gobierno, “significó una crisis de confianza, una ruptura con estas organizaciones sociales, que en el fondo son la base de esta gestión gubernamental”.

El analista Róger Cortés considera que la ruptura comenzó antes, al inicio del segundo mandato de Evo Morales. “Ese vínculo ha empezado a romperse de manera unilateral por porte del Gobierno desde el primer día de su segundo mandato. Porque se embriagó y sacó interpretaciones equivocadas a partir de la fuerza con que recibió un mandato”.

Antes del conflicto que está en curso, el secretario ejecutivo de la COB, Pedro Montes, estaba cerca del Gobierno. Se lo vio, por ejemplo, en actos en la plaza Murillo. La última aparición conjunta se vio con la promulgación de la nueva Ley de Pensiones, que se realizó el 10 de diciembre del 2010 en las oficinas de la entidad matriz de los trabajadores.

15 días más tarde, el Gobierno promulgó el decreto del “gasolinazo”, que movilizó a los trabajadores y las juntas vecinales, especialmente en la ciudad de El Alto, hasta que lograron la abrogación de esa medida.

Apaza reveló que en ese momento a la COB no le quedó otra alternativa que sumarse a la protesta e indignación de los sectores movilizados. “Ha habido errores en el Gobierno, pero nadie se atrevía a levantar una voz crítica. Pero esto se dio poco a poco y rebalsó con el gasolinazo. Ya no podíamos callar. ¿Sabe qué iba a ocurrir?, aunque callásemos nosotros, íbamos a ser barridos, y lo confieso. Las bases, los trabajadores, de levantaban”.

Entonces comenzó un camino de crítica al Gobierno, aunque sin romper el acuerdo político. Pero los trabajadores, dijo Apaza, quieren sentir en sus bolsillos los beneficios del proceso de cambio, y quieren reencauzar el mismo, que dice que está atrapado por “un grupo de poder enquistado en Palacio”. “Antes nos unimos contra la derecha, el neoliberalismo, con el divisionismo, contra el Comité Cívico de Oriente, ahora es tiempo del debate interno,¿hacia dónde va este proceso?, ¿por qué no se quiere desmontar el 21060?”.

Pedro Montes admitió que se trabajó con el Gobierno, pero que ahora éste no quiere atender el pedido de los trabajadores y  por eso se producen las movilizaciones. “No quieren ver esta realidad, no tienen capacidad de solucionar; cuando un papá quiere dar comida a sus hijos, da pues comida, pero estos carajos no quieren dar, ése es el problema que están haciendo ahora”.

Apaza reveló que el problema podía resolverse si hubiese habido voluntad política, pero dijo que los trabajadores se sintieron desairados por varias acciones gubernamentales.

Inicialmente emitió un decreto de aumento salarial de 10 por ciento, pese a que la COB le había pedido que no lo haga porque se mantenían negociaciones. Esto provocó el enojo y la convocatoria a la huelga general indefinida. Luego en el conflicto, Evo Morales rechazó conversar con los dirigentes cobistas. Pero después de ceder antes las movilizaciones, prolongó un cuarto intermedio hasta este sábado, acción que provocó la agudización de la protesta de los sindicalistas.

La huelga general indefinida

El jueves 7 de abril se inició la huelga general indefinida determinada en un ampliado nacional de la Central Obrera Boliviana (COB) por un aumento salarial igual a la canasta familiar y la derogación del Decreto 21060, entre otras demandas. Luego bajó su demanda a un 15 por ciento de incremento salarial.

‘Morales no consulta al pueblo’

El secretario de Prensa y Propaganda de la Central Obrera Boliviana (COB), Bruno Apaza, conversó con La Razón. Aceptó que respaldaron al gobierno de Evo Morales, pero que ahora hay un giro en su posición que se torna más crítica. “Ha habido errores, nadie se ha atrevido a levantar la voz crítica contra las decisiones del Gobierno. Y de a poco se dio esto que rebalsó con el ‘gasolinazo’. Sí pues, tomamos la decisión de respaldar a Evo, al MAS, para derrotar al adversario de clase, al neoliberalismo, a la burguesía. Pero es tiempo de lanzar el debate sobre el 21060, ¿por qué no se lo quiebre abrogar?, es tiempo que la macroeconomía llegue a la microeconomía”. “No nos consulta, no consulta al pueblo, sino a su entorno cocalero campesino y listo, le calientan la oreja, convencido y ya. Esta lucha nuestra es por dignidad, para que se respete a los trabajadores y sus sindicatos. Para decirle ‘Evo, estás equivocándote mucho, estás hablando demasiado, te estás rodeando de alguna gente que nosotros no consideramos buenos’, por decir lo menos”. “Y el ‘gasolinazo’, que generó, ya no podíamos callar. ¿Sabe qué iba a ocurrir?, aunque callásemos, íbamos a ser barridos, y lo confieso. Los trabajadores del pueblo se levantaban. ¿Sino por qué se lo borró, por qué lo abrogaron?”.

Puntos
Róger Cortés
‘Burócratas monetaristas manejan el país’

“Claro que la relación COB-Gobierno se ha modificado. Y hoy empeora, porque el Gobierno está enceguecido por una guía completamente equivocada, de burócratas monetaristas que manejan la economía del país. Se equivoca en dar una batalla en la que absolutiza la lucha contra la inflación versus las demandas de diversos sectores. Tiene razón en tratar de conjurar el riesgo de un repunte de la inflación. Para poder encararlo debe reconocer que el paso que asumió el 26 de diciembre fue el peor, para encarar este problema. No lo ha hecho hasta el día de hoy, y no ha rectificado su criterio, aunque tuvo que retroceder obligado por el primer movimiento social a nivel nacional que enfrentó entonces”.
Teresa Zegada
‘Hay una crisis de confianza, una ruptura’

“Sí, hay un punto de inflexión con el gasolinazo. Por una parte, mostró las debilidades económicas de la propia gestión gubernamental y la necesidad de asumir una medida de ese tamaño para poder equilibrar las variables macroeconómicas. También significó una crisis de confianza, una ruptura con estas organizaciones sociales, que en el fondo son la base de esta gestión gubernamental. A partir del gasolinazo, no solamente se han disparado algunas variables económicas, sino que también las organizaciones sociales han tomado cierta distancia crítica del Gobierno y han iniciado un proceso de demandas y presión”.

La Razón

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