Un encuentro con el "Dios de la Abundancia" en la feria de Alasitas

Miles de bolivianos en las ciudades de La Paz y El Alto acudieron ayer a la tradicional Feria de Alasita para celebrar al "Dios de la Abundancia", con la compra de diversas miniaturas representativas de los bienes que desean y que esperan se vuelvan reales.

Los ciudadanos se aglomeraron en los puestos de venta para adquirir todo en miniatura: billetes, automóviles, negocios, terrenos, títulos universitarios, alimentos, material de construcción, computadoras, elaborados por artesanos que exponen sus productos desde ayer y hasta la segunda semana de febrero.

Tradiciones bolivianasEl Viceministro de Turismo, Marco Machicao, declaró a los periodistas que esta tradición del "Dios de la Abundancia" ya es un patrimonio de la cultura de Bolivia.

"La celebración de la Feria de Alasita y ׳El Ekeko׳ (Dios de la Abundancia), es una evidencia de que nuestra cultura está viva, en la que nuestros artesanos ofrecen réplicas exactas y monumentales de una infinidad de objetos y bienes; es una tradición que mantenemos los bolivianos, es un patrimonio en miniatura", añadió Machicao.

"Alasita" es una palabra en idioma aymara que significa en castellano "cómprame". Es una celebración ofrecida al "Ekeko", a quien se le ponen objetos a manera de ofrenda para que al devoto no le haga faltar nada y se le cumplan sus deseos.

En Bolivia, esta fiesta se desarrolla principalmente el parte andina, aunque en los últimos cinco años comenzó a penetrar con fuerza en las regiones del oriente boliviano.

Pequeño, casi enano, fuerte, de ralos bigotes, fumador empedernido, con Iluchu (gorro de lana) y sombrero, cargado de innumerables productos de la canasta familiar y de aquellos necesarios para la vida y comodidad de la familia, "El Ekeko", ancestral figura de la cultura andina, sigue entronado en la Feria de la Alasita.

Según la tradición, "El Ekeko" se encargaba de llevar al hogar alegría y fortuna, y de ahuyentar las desgracias.

Mundo globalizado

La feria de la "Alasita", que significa "cómprame" en aimara, se inicia cada año el 24 de enero, cuando los paceños bendicen al mediodía las miniaturas que representan sus aspiraciones.

Sin embargo, la feria ha sido invadida por el mundo globalizado en los últimos años, ya que las tradicionales miniaturas artesanales hechas en Bolivia se venden junto con juguetes y adornos de plástico chinos o peruanos.

El ícono de la feria es el "Ekeko", dios de la abundancia, muñeco creado por los indígenas pero no a su imagen cobriza, sino con tez blanca y mejillas rosadas, regordete, pequeño y cargado de diversos bienes a la espalda.

La gente solía comprarlo para que no hicieran falta los bienes que carga el "Ekeko", pero este año ese ídolo cedió espacios a otros amuletos supersticiosos de importación más reciente, como herraduras, ollas de la abundancia, sapos, elefantes e incluso dragones hechos en Perú en alusión al Año Nuevo Lunar chino.

Los tradicionales automóviles de hojalata también deben competir ahora con vehículos de plástico hechos en China, al igual que la ropa para muñecas, cada vez menos artesanal.

"La venta ha bajado para los artesanos. No es como en años anteriores", señaló María Huanca, que vende desde hace cinco años trajes en miniatura de danzas folclóricas bolivianas, como la morenada, los caporales, el "Tinku" y la "Kullaguada".

Para Goya Sejas, cuyo puesto de autos de hojalata tiene 30 años de vida, todo depende de la creencia y la fe de cada persona.

"La gente que sabe de tradición lleva siempre este autito (de hojalata) y la gente que no sabe lleva de plástico. Pero el mejor es el de hojalata (...) Yo aconsejaría la artesanía hecha a mano, no las importadas", declaró Sejas.

El antropólogo David Mendoza, especialista en el "Ekeko" y la "Alasita", explicó que lo que ocurre en la feria es "una expresión también globalizada".

"Toda expresión cultural no se aisla del mundo, se moderniza constantemente, es dinámica (...) Estamos en un mercado de bienes simbólicos, no solamente nacional sino también internacional", dijo Mendoza, para quien la palabra final la tienen los compradores.

Según el experto, una de las razones por las que la artesanía manual paceña ha cedido espacios a los objetos importados puede ser el precio, ya que, por ejemplo, un automóvil chino puede costar un dólar y uno de hojalata de 5 a 25, según el tamaño.

Mendoza opina que "parte de la ritualidad" de la feria "está en que los productos" que la gente compre y haga bendecir sean hechos a mano y en Bolivia.

Auguró que la tradición no desaparecerá, aunque los vendedores se sigan adaptando a los tiempos modernos.

La "Alasita" también se celebra en otras ciudades del país y en algunas comunidades de bolivianos en el extranjero.

En 2009 Bolivia anunció que pediría a la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) que la "Alasita" y el "Ekeko" sean Patrimonio de la Humanidad, lo que generó un conflicto con el vecino Perú, que también reclama el origen del ícono de la riqueza.// Jornada

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