Mujeres con discapacidad, las excluidas del empleo

Yo tengo ahora dos hijos, vivo pelando papa y me pagan 15 bolivianos por día", dice Olga Pacha. Igual que ella más de tres mil mujeres con discapacidad en Santa Cruz, son objeto de la alta tasa de desempleo femenino existente en el país, cuyos índices, según la Defensoría del Pueblo, estaría por encima del 90%.

Para el Centro de Estudios Laborales (Cedla) el desempleo femenino, en las ciudades del eje es de 9,9%, mientras la tasa de cesantía entre las trabajadoras asalariadas llegaba al 15%. "Esa es la realidad con las mujeres normales y con las que tiene discapacidad, es dramático", señala  Mario Torrico, dirigente del sector.
Un informe de la Defensoría."La discriminación en el ámbito laboral sigue y es sencillamente dramático con las mujeres con discapacidad", dice Hernán Cabrera, de la Defensoría Departamental, a tiempo de presentar un nuevo estudio, donde se señala "que el mercado laboral es segregador". Además menciona que el 50% de mujeres con discapacidad nunca recibió una oferta de trabajo. El 19% solo recibió oferta laboral para quehaceres domésticos. El 31% vive ignorada y discriminada, al borde de la pobreza extrema. Y solo el 9% tiene empleo y se encuentra en trabajos como educación vial y cobro de parqueo vehicular.

Los ingresos o salarios. El informe dice que más de la mitad de las mujeres con empleo (9%) perciben un ingreso mensual entre 100 a 500 bolivianos mensuales, y casi un cuarto se encuentra entre 500 a 1.000 bolivianos. Solo el 10% percibe un monto superior a mil bolivianos. "Necesitamos que el Estado supere estos índices", finaliza Torrico.

Lapidario
El desempleo se traduce con dureza en casos de discapacidad.

Datos. De acuerdo con la información generada por Cedla, el desempleo femenino es de larga duración, pues el 44% de las mujeres estuvo buscando un trabajo asalariado por más de seis meses, mientras que el 25% estuvo en esa situación por más de un año.

Conclusiones. El mercado laboral para estas mujeres con discapacidad diferente es muy discriminador. El mercado las considera sin capacidades para desempeñar un trabajo o constituyen carga social ya que suponen que no habría garantía de eficiencia.// El Día

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