Alto Obrajes, el barrio de los maestros en La Paz

En los años 50, la zona se denominó la Ciudad del Dios Eterno.

La zona de Alto Obrajes alberga a los docentes que en algún momento de su vida dictaron clases e incluso continúan en ejercicio en varias unidades educativas de La Paz.

La presidenta del Comité Cívico de Alto Obrajes, Nancy Cordero, quien es vecina desde hace más de 40 años, relata que el barrio acoge en, su mayoría, a maestros jubilados. “Todos los que vivimos aquí somos profesores retirados. Alto Obrajes es el Barrio del Magisterio”.

El barrio. La obra Historia de los barrios paceños, que publicó la Alcaldía, revela que el 25 de julio de 1959, como compensación salarial y justo reconocimiento a la labor del magisterio nacional, el Gobierno de Víctor Paz Estenssoro adjudicó 1.498 lotes de terreno, que se otorgaron a un número igual de docentes de diferentes categorías, así como al personal administrativo, o sea, secretarios, regentes, porteros y auxiliares de la educación.

De acuerdo con el documento, Alto Obrajes se creó mediante  el Decreto Supremo 035/87, el 18 de diciembre de 1953.

Ese mismo año se acordó la expropiación del Monasterio de las Carmelitas Descalzas por un justiprecio de 36 millones de bolivianos.

En ese tiempo, el Ministerio de Educación afrontaba un conflicto con los docentes que exigían un incremento de sueldos. Fue así que la cartera de Estado determinó otorgarles propiedades para solucionar el problema, pero no de forma gratuita, ya que se les cobró un determinado monto por metro cuadrado.

“Los maestros vinieron y la mayoría se descontentó porque la zona era una planicie que parecía la Luna. Había montones de piedra que los colonos habían acumulado en distintos lugares”.

Otro de los vecinos, Carlos Martínez, señaló que esos años no había un medio de transporte y tenían que desplazarse a pie. Después aparecieron los “rapiditos”, vagonetas que aliviaron a la zona.

1 comité cívico tiene Alto Obrajes. Es el segundo barrio que cuenta con esta entidad, según los vecinos.

En los años 50, los terrenos se vendían entre 300, 500 y 1.000 bolivianos. Hubo casos en que los docentes cambiaron sus lotes por bicicletas y un par de zapatos argentinos.

Con el paso del tiempo, Alto Obrajes pasó de ser un barrio con construcciones de adobes y calles polvorientas a una zona residencial.

A pesar de que en la actualidad cuenta con un sistema de alcantarillado y sanitario, el transporte público es el principal problema de los vecinos. No hay las líneas de minibuses suficientes. Según los habitantes, hay dos sindicatos, La Paz y Señor de Mayo, que llegan al lugar, pero sólo unos cuántos cumplen las rutas establecidas y no abastecen para la población de la zona, alrededor de 27.000 personas.

El presidente de la junta vecinal, Jaime Paredes, indicó que tampoco se cuenta con un sistema de seguridad adecuado. “No tenemos ni un módulo policial. Estamos desprotegidos por nuestras autoridades”.

Otras demandas. Paredes aseveró que hace ocho años que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos se comprometió a reactivar la gasolinera de Alto Obrajes. “A veces vienen los técnicos y hacen cómo si fueran a habilitar la estación, pero pasa el tiempo y todo sigue igual”.

La cancha de fútbol-ocho José Jiménez no tiene césped sintético, a pesar de que la comuna se comprometió a ejecutar el proyecto. Es otra promesa incumplida.

La primera vía de la zona se habilitó a través de Villa Armonía. los vecinos rellenaron el río con tierra y piedras para abrirla.

“Antes todo era de tierra, las casas eran de adobes y no había construcciones grandes como las de ahora. Aun así necesitamos obras”. Nancy Jáuregui / VECINA// La Prensa

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