TITICACA, el lago mítico

Sus aguas navegables fueron testigos de varios hechos, como, por ejemplo, las míticas ceremonias ancestrales.

En el medio del altiplano paceño, a 3800 mts de altura sobre el nivel mar, se encuentra el Lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo. Compartido por dos países, Bolivia y Perú, tiene una superficie aproximada de 8,560 kilómetros cuadrados, con un largo y ancho aproximado entre los 194 km y 65 km respectivamente. Por su forma se encuentra dividido en dos partes, el Lago Mayor y el Lago Menor y se estima que su máxima profundidad llegaría a los 280 metros. La transparencia de sus aguas es notable y alcanza una temperatura promedio anual de 13 grados centígrados.

Centro y origen de diversas culturas, además de un sinfín de leyendas y mitos, el Lago Titicaca es el sitio Sagrado para la civilización Inca. Según su mitología, éste es el lugar donde se fundó el mundo, cuando el dios Viracocha salió del lago y creó el sol y las estrellas. Es el punto donde nació el primer rey Inca, Manco Kápac.

El lago se encuentra bordeado por una gran cantidad de asentamientos, desde hace miles de años hasta la actualidad. Estas culturas hicieron del Lago su fuente de alimento y un vergel productivo, donde todavía es posible apreciar sus plataformas o andenes de cultivo.

El Titicaca es un paisaje muy especial, en sí mismo, ya que existe una conjunción natural creada por el azul cristalino de sus aguas y el intenso sol del altiplano, y está rodeado por los nevados de la cordillera Real de Los Andes.

De sus aguas surgen varias islas mágicas, que según cuentan las leyendas fueron el origen del imperio incaico. En esas islas se realizaban míticas ceremonias ancestrales. Dicen que en sus aguas se encuentran los restos de una ciudad sumergida en la Isla Wilakota que se traduce como Lago de Sangre, y donde se presume se hacían sacrificios humanos, pero que quedó sumergida a más de 100 metros con el paso de los siglos.

El Lago es un paisaje que se transforma, con el pasar de las horas, donde se filtra la luz a través de las nubes logrando una gran gama de tonalidades en sus aguas, desde los poéticos amaneceres plateados hasta únicos atardeceres rojizos.// La Prensa

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