Armada, los inicios y el hoy de la actividad naviera

La historia tiene su historia. “Me voy a remontar al año 2007, cuando un grupo de oficiales tuvo el atrevimiento de buscar en la Biblioteca y Archivos Nacionales de Bolivia (en la ciudad de Sucre) antecedentes de la Armada, habiéndose encontrado, en la primera Constitución Política del Estado, la fecha exacta de nuestro nacimiento, el 6 de noviembre de 1826”, explica el comandante general de la Armada Boliviana, Gonzalo Alcón Aliaga, acerca de las circunstancias que posibilitaron la publicación del libro Historia de la Armada Boliviana, que puede ser adquirido en el Comando ubicado de la zona de Següencoma.

Luego de aquel hallazgo, muchas cosas cambiaron dentro de la institución militar, pues, en primera instancia, ocasionó la modificación de la fecha de aniversario de la Armada y, segundo, fue la génesis para la elaboración de este texto.

Los antecedentes indican que mediante el Decreto Supremo 06339, del 4 de enero de 1963, el gobierno de Víctor Paz Estenssoro había “creado” la Fuerza Fluvial y Lacustre de Bolivia. En enero de 1966, durante la presidencia de Alfredo Ovando Candia, se promulgó el Decreto Ley 07469, que disponía que la Fuerza Fluvial y Lacustre se denomine Fuerza Naval.

Asimismo, en 1982 se instituyó como el Día de la Fuerza Naval Boliviana el 24 de abril de cada año, como homenaje a la travesía del buque boliviano TM-01 Libertador Simón Bolívar entre Puerto Cabello (Venezuela) y Puerto de Rosario (Argentina) en 1978. Esta nave, fabricada en Gran Bretaña para Venezuela en 1951, fue transferida a Bolivia el 23 de marzo de 1977.

Armada de BoliviaEl sorprendente descubrimiento del grupo de oficiales permitió saber que la entidad militar había sido creada mediante el artículo 142 de la Constitución Política del Estado del 6 de noviembre de 1826, el cual indica: “La fuerza armada se compondrá del ejército de línea, y de una escuadra”, que se entiende como fuerza naval. Ese dato generó dudas entre los oficiales de la Armada que comenzaron a buscar en el pasado.

Fue por ello que en 2009 se cambió la fecha del aniversario al 6 de noviembre, en remembranza a la creación de la Escuadra en la primera Carta Magna.

A partir de ese año se decidió escribir un documento de la historia de esta fuerza militar, para lo cual se armó un equipo de oficiales, suboficiales y un oficial de servicio pasivo, además del asesoramiento de un historiador civil en búsqueda de datos. “Hubo iniciativas de otros miembros de alto rango de la Armada Boliviana, quienes trabajaban la historia de su institución a través de tesinas de ascenso, incluso se publicaron libros.

Pero había una falencia, los mismos no cumplían la rigurosidad académica de la disciplina histórica”, comenta el historiador Jesús Llusco, coordinador y editor de la publicación.

El libro Historia de la Armada Boliviana ha sido escrito “con dos objetivos principales: fortalecer y reafirmar nuestra identidad como Armada Boliviana y contribuir a consolidar una cultura marítima, poco socializada en el presente”, afirma Víctor Arancibia, jefe del Departamento VI de Enseñanzas e Institutos Navales y Doctrina del Estado Mayor General de la Armada Boliviana y uno de los principales impulsores de este emprendimiento, durante la presentación del texto, que se llevó a cabo a inicios de este mes en el Palacio Chico del Ministerio de Culturas.

El libro está dividido en dos tomos. El primero empieza con una interrogante: ¿Bolivia tuvo mar, pero no fuerza naval? “El presente trabajo es un estudio bibliográfico que presenta las directrices para la construcción de la historia de la Armada Boliviana, para la cual tomamos herramientas de la historia diplomática, militar y social. De la misma manera, establecemos que el tratamiento de la historia institucional de la Armada tiene que estar enmarcada en el desarrollo mismo del país”, indica el resumen de este capítulo.

Esta duda es respondida de alguna manera en el capítulo “La administración portuaria y aduanera del puerto de Cobija”, en el que se esclarece la actividad en la costa durante el siglo XIX en la provincia Atacama, desde la presencia de capitanes de puerto, alféreces y marineros pertenecientes a la escuadra boliviana, el déficit fiscal por el que atravesaban, el impulso a la actividad comercial y la administración de aduanas en aquella época.

“Es en mi poder la nota V.G. en 2 La cual que impuesto de la resolución de S.E. sobre el embio de los oficiales Ayudante Señor Martín Sarcovia y alférez José Santos E. para Ayudantes de este gobierno, y demás comisiones que se ofrecieran (Sic)”, indica una carta que se encuentra en la Biblioteca y Archivo Nacionales de Bolivia, citada en el libro, que establece la designación de miembros de la Escuadra boliviana para “contribuir y fortalecer el resguardo y control del puerto”.

Armada bolivianaEn otro capítulo se resalta la cultura naviera en el país desde tiempos precolombinos a través de los qhas qut suñis, o los urus, quienes surcaron el río Poopó, el Desaguadero y el lago Titicaca.

Primeros navegantes

Asimismo, el texto hace referencia a los primeros navegantes, en el periodo prehispánico, en los ríos del Amazonas, y la navegación por el río Paraguay y sus afluentes durante el siglo decimonónico.

En el segundo tomo se aborda la navegación y actividad naviera en la Amazonía boliviana de ciudadanos nacionales y extranjeros. Además se explica la navegación fluvial durante la campaña del Acre, en la que se demuestra que hubo descuido de los espejos de agua amazónicos.

“La campaña del Acre se inició gracias a los intereses económicos que se generaban alrededor de la explotación de la goma. A esto debemos sumar el oportunismo de los brasileños por tomar posesión del territorio boliviano en la región, y la no presencia del Estado boliviano en el noroeste del territorio. Por lo tanto, las medidas que adoptó el Gobierno de nuestro país para evitar esta invasión pacífica no fueron las suficientes. Dentro de este escenario acaecieron los sucesos conocidos en la historia de Bolivia como la Guerra del Acre”, plantea la investigación.

Posteriormente se describe la creación de institutos de formación de oficiales y sargentos en la Escuela Naval Militar y Escuela de Sargentos.

Una parte importante del texto se refiere al Centro de Instrucción de Buceo en Altura (CIBA). “La especialidad de buceo en la Armada Boliviana se remonta a 1966, cuando los primeros buceadores son becados a la República Argentina. Entre ellos estaban: Mariano Capobianco Montero y Gastón Unzueta Barrientos. Ambos oficiales fueron destinados en Misión Estudios a la Base Naval de Mar del Plata para realizar el curso de Buceo Autónomo y voladuras”, señala una parte del capítulo “Soy especial, soy el mejor, soy buceador”.

Para finalizar, hay un recuento de los varios intentos para la conformación de la marina mercante y la forma que fue tratada por los gobiernos pasados.

“No es un recuento de hechos heroicos, ni de fechas cívicas, es un análisis en una primera aproximación. Es el inicio. Hemos encontrado las fuentes, la metodología, hemos diseñado los ejes temáticos que ahora se tienen que continuar. Ése es el desafío que tiene ahora la Armada Boliviana de aquí en adelante, continuar estudiando temas que hemos planteado”, añade Llusco, para quien el libro es un desafío para que se escriba más acerca de la historia naviera en el país, como lo que ocurrió en la etapa colonial, en la Guerra del Pacífico, la marina mercante boliviana y otros muchos temas que se dejaron para otras investigaciones. “El libro no es una descripción histórica simplista, sino, por el contrario, reflexiona en torno a diferentes temas concernientes a la Armada Boliviana y su historia”.

Historia de la Armada Boliviana fue presentada el 4 de noviembre en el salón de honor del Ministerio de Culturas, adonde asistieron el comandante general de la Armada Boliviana, Gonzalo Alcón Aliaga, y el jefe del Departamento VI de Enseñanzas e Institutos Navales y Doctrina de la Armada Boliviana, Víctor Hugo Arancibia.

Es así que el texto sitúa sobre la mesa de debate la tradición naval, estructuración de la Escuadra Naval, navegación y sus distintos proyectos, administración portuaria, legislación naviera, recursos humanos, marina mercante, movimiento comercial y formación, y actualización académica de sus miembros en todo el territorio nacional”, expresa Arancibia. “Es el desafío e invitación a historiadores y militares para seguir trabajando e investigando sobre la Armada. Después de la lectura del texto van a hallar una serie de dudas. Ése es el objetivo principal, sembrar una serie de dudas que inviten a generar nuevas investigaciones que nos ayuden a incrementar las miradas sobre la historia de la Armada Boliviana, proyectos de navegación y marina mercante, por ejemplo”, comenta Llusco.

Es por ello que la historia de la Armada debe continuar.// La Razón (COM)

_

Publicar un comentario

0 Comentarios