Importación de papa peruana sube 38%

Bolivia es gran productora de papas, pero, paradójicamente, en 2014 importó de Perú 31.251 toneladas de este alimento, 8.665 más que en 2013 (38 por ciento de incremento). Para afrontar esta situación, se busca duplicar los volúmenes de producción de nueve variedades nuevas de papa comercial.

Los datos brindados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y el Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran un incremento gradual de la importación de papa, sobre todo peruana.

Según el presidente de la Federación de Campesinos, Constantino Quispe, la papa peruana ingresa en mayor cantidad al país durante el invierno y cuesta de 10 a 15 bolivianos menos que la papa boliviana.

Papa peruanaAnte esta situación y para diversificar la comercialización del producto, el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) realiza pruebas experimentales en nueve variedades internacionales que difieren de las tradicionalmente cultivadas en Bolivia.

Única, pucara, cardinal, revolución, desiré, cupido, atlantic, ágata y fripapa son las variedades cultivadas en campos experimentales en  Capinota, Mairana, Valle Grande, Punata, Chané y Samaipata.

El responsable del programa nacional de papa del Iniaf, Gróver Ovando, explica que esos nuevos tipos producen un promedio de 18 toneladas por hectárea cultivada, a diferencia de la tradicional, cuyos niveles de producción alcanzan hasta ocho toneladas en la misma superficie.

Según el experto, en Perú la variedad más comercializada es la canchan, que produce un promedio de 20 a 22 toneladas por hectárea.

¿Por qué no cultivar entonces la variedad peruana en Bolivia? Según Ovando, la semilla no se adapta al clima y a las características de la tierra con la misma eficiencia   que lo haría en su país de origen.

Para el investigador de la Fundación de Investigación y Promoción de Productos Andinos (Proinpa), Alejandro Bonifacio, la papa peruana no tiene las mismas características que la cultivada en Bolivia, aunque la gente consume ese producto porque cuesta menos.

Otro de los investigadores de Proinpa, Marcelo Rodríguez, indica que en Bolivia debería fomentarse el cultivo de variedades nativas para ser un referente a nivel internacional y no entrar en la lógica de cultivar sólo para la industria.

Industrialización 

De los nueve tipos de papa en experimentación, tres son altamente industriales por el ciclo menor de producción, los ojos superficiales, alto grado de materia seca y la capacidad de absorción de aceite, explica Óscar Altamirano, uno de los técnicos que trabaja en el programa nacional de papa.

El técnico afirma que para que los productores compitan en el mercado con la papa importada es necesario incorporar variedades industriales, como la pucara, cardinal y única.

“Son variedades que tienen muy buen comportamiento para la industria (…), son de zonas altamente potenciales para la industria por el tema de latitud, tipo de suelo”, indica Altamirano.

Ovando explica, por su parte, que las papas se industrializan principalmente para los restaurantes y franquicias que usan papa congelada para freír, más conocidas como “bastones”. Se trata de una alternativa más para el productor, porque cuando existe mayor capacidad de abastecimiento al mercado los precios caen y los agricultores deben buscar alternativas en el mercado para comercializar sus productos, añade Ovando.

Monocultivo

El investigador Rodríguez afirma que si bien la papa importada afecta la economía de los productores nacionales, existe la problemática del monocultivo, es decir, cada vez más agricultores cultivan sólo una variedad.  

“Bolivia es uno de los países que tiene la mayor cantidad de variedades de papa del mundo, y ahora los productores se centran en el cultivo de una sola variedad que puede afectar a la diversidad agrícola”, señala.

También critica que el Gobierno se centre en implementar políticas de fortalecimiento para algunos tipos, porque en su criterio deberían diversificar la producción, pero fomentando las variedades nativas y a los productores ecológicos.

“Actualmente los productores ecológicos están siendo avasallados, porque hay dejadez en el Gobierno que ve más pertinente, más accesible trabajar en un solo producto”, añade.

Rodríguez plantea la necesidad de implementar un banco de semillas que sólo se encargue de la recuperación de variedades nativas, las cuales, si son correctamente producidas, pueden constituirse en un producto mayormente requerido por su sabor.

Si en Bolivia se fomentara más la producción de papa ecológica, los productores tendrían más opción de exportar, explicó Rodríguez .

MÁS  DE 4.587  TONELADAS DE SEMILLA DE PAPA  ABASTECEN A TRES DEPARTAMENTOS

Cochabamba continúa primero en provisión de semilla de papa

Con más de 4.587 toneladas de semilla certificada distribuida en cuatro departamentos de Bolivia, Cochabamba aún ocupa el primer lugar en abastecimiento de semilla de papa a nivel nacional.

Según el encargado del programa Semillas del Iniaf, Jury Antezana, del total de semilla producida en Cochabamba, el 60 por ciento corresponde a la variedad desiré, el 37 a la huaych’a y el tres por ciento a otras.

Los ingresos que generaron los productores con la comercialización de la semilla alcanzan los 4,5 millones de dólares.

El encargado de Iniaf explica que la huaych’a normalmente se cultiva en Cocapata, Morochata y Tiraque, porque tiene un rendimiento “adecuado” en las zonas altas, mientras que la Desiré es producida en Totora y Pocona.

“Estamos bordeando las 50 mil hectáreas de producción de papa en nuestro departamento. Cada año hay un incremento significativo y se mantiene en ese promedio. Con semilla certificada, no llegamos a cubrir ni el 10 por ciento”, explica Antezana.

Lo más importante para quienes adquieren la semilla de papa, explica el experto, es la precocidad con la que producen, es decir mientras menor sea el ciclo de producción  es más requerida.

“En la variedad  huaych’a, el ciclo de producción abarca alrededor de seis meses, mientras que la desiré no supera los tres meses”, explica.

Certificación

Según Antezana, el uso de la semilla certificada de distintos productos alcanza hasta un tres por ciento, lo que significa un riesgo “mayor” para los productores de papa, porque actualmente los cultivos son atacados por la marchitez bacteriana, comúnmente conocida como lluphi.

La enfermedad se agudizó, debido a los cambios climáticos “poco comunes”, según explica el director de la dirección de Servicio Departamental Agropecuario, Jorge Merino, quien, preocupado, afirma que este año sumaron más comunidades en las que se presentó la enfermedad.

En este sentido, Antezana manifiesta que los productores normalmente acuden a la compra de semillas de los mercados o ferias locales y no se aseguran de que la semilla esté sana por dentro y por fuera.

El experto añade que el uso de semilla no certificada por parte de los productores hace más susceptibles a los cultivos, porque la enfermedad no sólo ataca al tubérculo, sino que se queda en la tierra, y no es fácil de controlar por lo que normalmente se trabaja en la prevención.

Hace dos semanas, el municipio de Mizque reportó 80 hectáreas de cultivos infectados por el Phytopthora Infestans, nombre científico del lluphi, en más  de 10 comunidades .

CERTIFICACIÓN

Categoría Genética: Es la categoría más alta del proceso de producción de semilla certificada. Se trata de semilla producida bajo la responsabilidad y control del obtentor de la variedad de acuerdo a la metodología de mantenimiento de la variedad, descrita al momento de su registro. Según establece la normativa, la semilla certificada en esta categoría, está garantizada para un buen rendimiento en campo.

Categoría pre-básica: Esta categoría está destinada para las semillas de aquellas especies que, por su naturaleza, requieren de una multiplicación vegetativa mediante el cultivo de tejidos de acuerdo a una reglamentación específica. Esta variedad es producto de la multiplicación de la semilla genética.

Categoría básica: Semilla producida bajo la responsabilidad y control directo del responsable del registro de la variedad, de acuerdo a la metodología de mantenimiento, descrita al momento de su inscripción. Para producirla, se deberán sembrar semillas de las categorías genética y pre-básica. Sólo se mantendrá en esta categoría si cumple con requisitos de calidad.

Categoría registrada: Semilla resultante de la multiplicación de semilla básica, puede ser producida por cualquier productor siempre que cumpla con las normas  específicas de cada especie.  A este tipo de certificación, las instituciones le otorgan una boleta roja para distinguirla del resto y evitar confusiones.

Categoría certificada: Puede ser producida por cualquier productor interesado en producir semilla de calidad, la condición es el cumplimiento de las normativas específicas de cada especie. A este tipo de certificación, las instituciones le otorgan una boleta celeste para diferenciarla del resto de las categorías.// Los Tiempos (COM)

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