Los árboles mueren prematuramente en los bosques amazónicos

Los bosques amazónicos están perdiendo la capacidad de capturar el carbono de la atmósfera debido a una alta mortalidad de los árboles, según la bióloga Luzmila Arroyo, que ha participado en investigaciones, junto a científicos de distintos puntos del planeta, que cuestionan la capacidad de estos bosques de ser sumideros de carbono.

“El dióxido de carbono es un ingrediente clave para la fotosíntesis, y al haber tanto dióxido de carbono en la átmósfera, (los árboles) están creciendo rápido, los modelos lo dicen, pero el exceso está haciendo de que mueran pronto”, dice Arroyo, directora de la Carrera de Biología de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM) e investigadora de la Red Amazónica de Inventarios Forestales (RAINFOR).

Los científicos de RAINFOR han demostrado que “la captura del carbono en la amazonia está declinando” porque si bien existe un aumento en dióxido de carbono, positivo para el crecimiento de las plantas, su exceso hace que mueran más rápido. “Están creciendo rápido, pero están muriendo jóvenes”, dice la bióloga Arroyo, recordando un artículo científico con estas conclusiones, publicado en marzo.

Bosques en BoliviaEn otro artículo difundido por Infoamazonia, el autor principal, Roel Brienen, de la Escuela de Geografía de la Universidad de Leeds, comentó que “las tasas de mortalidad de los árboles incrementaron más de un tercio desde mediados de la década de 1980, y esto está afectando la capacidad de la Amazonía para almacenar carbono.”

Se trata de 30 años de estudios, con la participación de más de 150 investigadores de distintos países que mostraron con datos, análisis y modelos matemáticos que no sólo la deforestación o la ampliación de la frontera agrícola afecta a los bosques y su capacidad de absorber dióxido de carbono. ¿Qué implican estos datos? La bióloga explica que “hasta ahora se decía que (los bosques amazónicos) son sumideros de carbono, (pero) están muriendo tan rápido los árboles que se concluye de que está disminuyendo ese trabajo, ya no son más sumideros”.

La información procede de investigaciones realizadas por RAINFOR para entender la dinámica de los ecosistemas y monitorear sistemáticamente los bosques a largo plazo en los nueve países de alcance del Amazonas. La Red funciona en Bolivia desde 2001, monitoreando cada dos años parcelas permanentes de una hectárea, especialmente las más accesibles de Santa Rosa del Sara, y con más dificultad las del Parque Nacional Noel Kempff Mercado.

Los resultados se muestran en más de 150 publicaciones, manuales con protocolos de medición de biomasa y una base de datos que arroja información sobre las más de 500 parcelas en los bosques amazónicos. En Bolivia se tiene entre 20 y 30 parcelas sometidas a monitoreo permanente, aunque las de Parque Noel Kempff datan de 1993.

Hasta antes de 2005 se decía que la biomasa estaba aumentando, pero ese año hubo una larga sequía. “Nosotros hicimos una evaluación a lo que estaba ocurriendo por ese periodo largo de sequía, y mostramos que la sequía estaba afectando a los árboles… Miles de árboles murieron durante sequía de 2005”, dice Arroyo. “Los datos que salían eran bastante fuertes --continúa, sin embargo con el paso del tiempo al tener más parcelas monitoreadas, más contraparte de investigadores (de Europa, EEUU y países de la cuenca amazónica), entonces la información se volvió bastante confiable, ahora la información que se obtiene y los resultados son escuchados y confiables”.

Los datos, análisis y modelos sobre esta muerte prematura de árboles fueron presentados el pasado 23 de abril por Luzmila Arroyo en el simposio “Cambio climático y Madre Tierra”, organizado por la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).// PIEB

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