"Curanderos" se constituyen en la principal amenaza de una especie de rana del Titicaca

Los curanderos bolivianos y peruanos se constituyen en la principal amenaza de las ranas gigantes ó Telmatobius culeus del Lago Titicaca, capturadas de manera indiscriminada para fines medicinales y tradicionales, advierte el biólogo especialista en herpetología, Arturo Muñoz. El investigador es responsable del Área de Investigación y coordinador de “Iniciativa Anfibios de Bolivia” del Museo de Historia Nacional Alcide d´Orbigny, en Cochabamba; y dice que la especie también es buscada --aunque en menor proporción-- para el tráfico de animales.

El investigador señaló al Periódico Digital del PIEB que resultado de visitas y entrevistas en las zonas ribereñas del Lago Titicaca se pudo establecer que cada dos semanas los pescadores proveen entre 500 a 1.000 individuos de ranas gigantes a cada curandero.

Animales en Bolivia“El uso de las ranas gigantes para fines medicinales tradiciones está más arraigado en el lado peruano, pero estas costumbres están ingresando con fuerza a las comunidades ribereñas bolivianas. Se le atribuye a la rana la curación de todo tipo de enfermedades, incluso si los niños están mal en la escuela se les da de tomar sopa de rana para que sean más inteligentes”, afirma el especialista.

Muñoz explicó que los curanderos venden a las ranas no solo vivas, sino muertas, convertidas en polvo y hasta en pomadas, en áreas rurales pero también en ciudades como El Alto, Cochabamba y La Paz, y que lastimosamente desde Bolivia no se cuenta con una línea base que ayude a monitorear el verdadero impacto de esta pesca indiscriminada sobre la población anfibia del Titicaca.

Mientras crece el comercio de las ranas para fines “curativos”, el destinado para uso culinario disminuyó sustancialmente dijo el biólogo, quien observa como positivo el hecho de que hoy en día, no se ofrezcan las ancas de rana como hace un par de años. “Cuando el cliente quiere servirse este plato, ahora es solo a pedido, pero ya no está en el menú de los restaurantes”, dijo.

Cada unidad de rana cuesta 12 soles en Perú, equivalente a aproximadamente 10 bolivianos --cuando es comercializada entre pescador y curandero--, pero el precio se multiplica cuando el producto es vendido al destinatario final.

A falta de un sistema de control binacional que actúe de manera eficiente en la preservación de las especies del Lago Titicaca, Muñoz dijo que desde el programa “Iniciativa Anfibios de Bolivia” se implementa una estrategia de conservación basada principalmente en la información y concientización.

“Hemos visto que muchas veces, las normas están dadas pero no se las respeta. En cambio, con la información preventiva se puede lograr concientizar a la población de la importancia de conservar estas especies que están altamente amenazadas de extinguirse”, manifestó. Por ello Iniciativa el museo organizó hace poco "El Día del Salto", que contempló exhibiciones, fotográficas, concursos de dibujos, títeres, juegos lúdicos educativos, charlas y visitas.

Muñoz señaló que otra de las amenazas que cierne contra la rana Telmatobius es el tráfico ilegal por parte de ciudadanos japonenes, que vieron en estas especies un atractivo negocio al venderlas como mascotas, además del cambio climático y otros factores.

Las ranas cumplen varios roles en la conservación del medio ambiente; son bio-indicadores, hacen el control de plagas al alimentarse de insectos perjudiciales, son alimento para otros animales dentro de la cadena alimenticia, son cada vez más empleadas en la industria farmacéutica. A pesar de ello, estos anfibios están en peligro de extinguirse en todo el mundo. En Bolivia de cerca de 300 especies, 54 están en la categoría de amenaza crítica, según señala el Libro Rojo de la fauna silvestre de vertebrados de Bolivia.// PIEB

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