Los Toromona, entre los últimos pueblos aislados de la amazonia boliviana (Pando)

Los Toromona fueron un pueblo no contactado, aislado voluntariamente y aislados frente al “avance alienador de la sociedad estatal”, esa historia de encuentros y desencuentros sucedidos entre fines del siglo XVIII y principios del siglo XX, fue rescatada por el historiador José Wasinger, dentro del proyecto Expedición Madidi.

Nuevamente la intensión del Foro Boliviano de Medio Ambiente es rescatar la memoria histórica de la Amazonia y de sus habitantes, en el marco de la defensa de los derechos de los pueblos, en este caso, aislados y vulnerables.

El título del libro Las inmensas tierras de la Nación Toromona, de José Ignacio Wasinger, hace referencia a una frase de Fray Lorenzo Martínez de la Parra en 1780, “que aludía a la envergadura de la tarea evangelizadora a emprender más allá de las misiones de Apolobamba”. Los Toromonas fueron los habitantes de los bosques que acompañan el trayecto de los ríos Madre de Dios y Beni.

El autor recorre fuentes historiográficas de fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XX, y centra su atención en la incursión de las misiones católicas que iban acompañadas de españoles “armados”. Si bien distintos pueblos admitieron las misiones, los Toromonas “resultaron difíciles de asir” en dos de los intentos de fundar misiones en sus territorios.

Pueblos originarios de BoliviaAdemás plantea que la idea de lo toromona persiste hasta la actualidad, en el Parque Nacional Madidi, para referirse al otro que habita solitario en la selva, “que se ha aislado frente al avance alienador de la sociedad estatal”.

Los resultados del trabajo de Wasinger tienen, en criterio de Mauricio Gil, del Postgrado en Ciencias del Desarrollo (CIDES-UMSA), una importante contribución historiográfica referida a los pueblos aislados o no contactados debido a una relativa ausencia de estudios sobre el tema.

El libro platea una tesis de antropología política, dice Gil, para explicar el relativo éxito de los misioneros (pues termina en fracaso) en la tarea de “civilizar” a los indígenas. Esta tesis tiene base en una descripción del uso inteligente de los misioneros, en la lógica del don, de estas sociedades, pero también en su carácter guerrero y de los conflictos entre ellas, un espacio en el que los misioneros se establecían como mediadores políticos, generando una lógica de autoridad desconocida por esas sociedades igualitarias.

Tanto la explicación historiográfica como la tesis de antropología política tienen una base teórica en la interpretación de Pierre Clastres sobre las sociedades indígenas amazónicas.

Gil considera que en el plano político “el problema que se plantea es cómo se puede integrar o proteger desde el Estado a sociedades que rechazan el Estado, es problemático hablar de los Toromona como parte de la sociedad nacional o incluso plurinacional…, ellos mismos no se conciben así o no querrían concebirse así”.

¿Qué posición asumimos frente a la protección y la defensa de estos pueblos no contactados? es la consulta que se queda en el aire.// PIEB

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