Danza del Jukumari

ORIGEN:

Existe una leyenda aymara que relata los amores entre un oso, Jukumari, y una pastorcita, Imilla, de cuya unión nació un hijo. La Imillano se acostumbró a la vida en el monte y cuando el Jukumari descubrió sus nostalgias por retornar con los suyos, la encerró en la gruta. Sólo cuando el hijo creció y se hizo fuerte pudieron apartar la piedra que bloqueaba la entrada y escapar.

Debido a las notables cualidades físicas, el muchacho aprendió a leer y escribir e hizo carrera en el ejército, pues nadie podía con su fortaleza. Mientras tanto, el padre oso, al descubrir la fuga, su sumió en la desesperación.

Años más tarde la madre, en lecho de muerte, le hizo prometer a su hijo que iría a buscar a Jukumari. El encuentro en el bosque fue muy conmovedor pues el padre se había quedado ciego por tanta pena, y al reconocer al hijo tocó la flauta y bailó alegremente. Más tarde falleció y entonces lo enterró entrelazado con el cuerpo de su madre. De allí nació un árbol gigantesco que cuentan que por las noches mueve las ramas simbolizando el amor imposible que tuvieron los dos amantes. Lo llaman el árbol del oso.

SIGNIFICADO:

Aparte su posterior relación con la leyenda, su significado arranca de la adoración a los elementos de la naturaleza, en este caso los osos. Es la representación anónima de ésta divinidad telúrica.

Danzas de BoliviaCOMPONENTES:

No menos de veinte hombres disfrazados, seguidos por los músicos.

DESCRIPCIÓN:

Avanzan chasqueando los látigos llamados Quimsa Charani. Forman ruedas donde encierran a los músicos, y en todo el tiempo no dejan de hacer sonar la campanilla.

FIESTAS:

Fiestas patronales.

INSTRUMENTOS:

Pinkillos y Wankharas.

NOTAS:

La indumentaria es totalmente rústica y por lo tanto autóctona. Destaca la careta hecha de cuero de Vizcacha, de cuya boca sobresale una larga lengua roja hecha de tela. Remata una boina de llama o de oveja, cuyos vellones hacen de cabellera, recubriendo la careta.

Esta comparsa aparece también esporádicamente en otras danzas, asumiendo en principio un papel totémico, pero que ridiculiza constantemente, pues asume el carácter burlesco de los Kusillos.

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