Juan Orlando Hernández asume el poder en Honduras con promesa de mano dura contra el crimen

El derechista Juan Orlando Hernández asumió este lunes la Presidencia de Honduras, con la promesa de "mano dura" contra el crimen organizado por la espiral de violencia que azota a este país centroamericano, uno de los más pobres de América.

"Cero tolerancia" a la delincuencia, advirtió en su primer discurso como presidente, tras ser juramentado por el presidente del Congreso, Mauricio Oliva, en el Estadio Nacional en medio de la ovación de unos 30.000 espectadores en las graderías.

Con la banda presidencial cruzada sobre un traje azul y camisa blanca -colores de la bandera hondureña- Hernández, un abogado de 45 años del gobernante Partido Nacional (PN), ofreció "hacer lo que tenga que hacer para recuperar la paz y la tranquilidad" de Honduras.

"A los delincuentes se les acabó la fiesta", sentenció el flamante mandatario, quien se comprometió a hacer descender el número de homicidios y las extorsiones a las que pandilleros someten a la población, con más policía civil y militar en las calles.

Noticias de HondurasHernández, quien sustituyó a Porfirio Lobo, tomó posesión para un gobierno de cuatro años, en un acto al que asistió un pequeño grupo de dignatarios, entre ellos los presidentes Juan Manuel Santos (Colombia), Laura Chinchilla (Costa Rica), Ricardo Martinelli (Panamá), Ma Ying-jeou (Taiwán) y Atifete Jahjaga (Kosovo).

Al terminar la ceremonia en el Estadio, Hernández se trasladó a la Casa Presidencial, donde se reunió por más de dos horas con las delegaciones y luego en una plaza frente a la casa de gobierno con jóvenes beneficiados con el programa "Con chamba (trabajo) vivís mejor" que emprendió a fines del 2013 como presidente en el Congreso.

Oposición

A la ceremonia, resguardada por varios anillos de seguridad en un operativo que incluyó a 6.000 policías y militares, acudió el príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.

Unos 5.000 opositores -según los organizadores--, encabezados por el expresidente Manuel Zelaya marcharon en Tegucigalpa hacia el Estadio Nacional para repudiar a Hernández, al que acusan de haber ganado los comicios de manera fraudulenta.

Sin embargo, un nutrido contingente de policías y militares cortó el paso a los manifestantes.

Ante la imposibilidad de continuar con su protesta, Zelaya se subió junto a otros dirigentes opositores a un vehículo descapotado, y pronunció un discurso acusando a Hernández de montar en Honduras "una nueva esclavitud, un gobierno que reprime la libertad de expresión, un gobierno despótico".

La esposa de Zelaya, Xiomara Castro, quien fue candidato del Partido Liberad y Refundación (Libre), perdió ante Hernández las elecciones del 24 de noviembre, que impugnó -sin éxito- por considerarlas fraudulentas.

Herencias

El presidente Porfirio Lobo dejó en manos de Hernández el poder tras haber logrado cierta estabilidad política luego de la crisis desatada por el golpe de Estado del 28 de junio del 2009 contra Zelaya, que en aquel momento provocó un aislamiento internacional contra Honduras.

Zelaya llegó al poder en 2006 por el Partido Liberal (PL, derecha) pero fue derrocado y enviado al exilio por una alianza de militares, políticos y poderosos empresarios que no le perdonaron girar a la izquierda y acercarse al fallecido presidente venezolano Hugo Chávez.

Hernández asume un país golpeado además por una violencia incontrolable del narcotráfico y las pandillas y confía en detener la violencia con la policía militar, un cuerpo que llegará a 5.000 efectivos y que es cuestionado por activistas de derechos humanos.

Honduras tiene la tasa de asesinatos más alta del mundo, 83 por cada 100.000 habitantes. "Siete de cada diez homicidios están vinculados a la droga (...) si no existiera el problema de la droga no estaríamos entre los países más violentos del mundo", dijo en su discurso.

Llamó a Estados Unidos a reconocer "la responsabilidad común, compartida pero diferenciada" en el problema y abogó por un aumento de la cooperación entre Centroamérica, Colombia y México en la lucha contra el crimen organizado.

"Cualquier política que establezca Honduras para combatir la inseguridad debe tener como eje fundamental el combate del narcotráfico, el crimen organizado y el lavado de activos y, en consecuencia, cero tolerancia, así como lo escuchan: cero tolerancia y punto", reiteró.

Hernández también hereda un país en grave crisis económica, con un nivel de pobreza que afecta al 70% de sus 8,5 millones de habitantes, y un desempleo y subempleo de más del 40%.

Bajo el lema de "Una vida mejor", Hernández reiteró su promesa de ayudar a las 800.000 familias más pobres, de apoyar a los pequeños productores y de generar empleos.

Hernández gobernará sin mayoría en el Congreso de 128 escaños, pero los analistas prevén alianzas entre el PN y el PL, que han gobernado Honduras por más de cien años, incluso con militares golpistas.

Zelaya, quien al regresar del exilio en 2011 fundó Libre con sus seguidores liberales y grupos sociales que protestaron contra el golpe, ocupa una silla en el Congreso como líder de una oposición que intentará hacer contrapeso al bipartidismo de derecha.// El Día (BO)

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