El 81% de familias productoras de quinua vive de cultivo exclusivamente

La quinua es un grano que se destina a la exportación dando trabajo principalmente a pequeños campesinos, quienes con esos ingresos pueden acceder a mano de obra y maquinaria complementaria y mejorar sus activos básicos (vivienda, servicios sanitarios) y la educación de su descendencia. Una encuesta verificó que el 81% de agricultores entrevistados afirman que ese cultivo es su principal ingreso.

El portal de la FAO reproduce este informe que a la vez recoge una encuesta aplicada por Enrico Avitabile, de la Universidad de Roma Tre, a cien familias de la zona del Salar de Uyuni entre diciembre de 2012 y marzo de 2013. La mayoría de los agricultores considera que el nivel de precios actual es aceptable, aunque les preocupa la volatilidad de algunas variedades de quinua.

Este 2014 ha sido declarado por la FAO como el Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF) a fin de aumentar la visibilidad de la agricultura familiar y la agricultura a pequeña escala como factores importantes en la lucha por la erradicación del hambre y la pobreza, la seguridad alimentaria y la nutrición, para mejorar los medios de vida, la gestión de los recursos naturales, la protección del medio ambiente y lograr el desarrollo sostenible, en particular en zonas rurales. En ese contexto se difunde la investigación de Avitabile que se concentra en generar indicadores de subsistencia, medio ambiente y desarrollo, indicadores financieros, de desarrollo humano, de seguridad alimentaria, medioambientales, de conservación de la biodiversidad y de identidad cultural.

Pero la presión de mercado externo ha modificado los hábitos de los campesinos. Por ejemplo se admite que “las familias solían comer quinua ‘3 veces al día, 7 días a la semana’”, actualmente se consume menos (aunque en cantidad suficiente) y la dieta local es más variada. Esto implica que la mayor demanda de quinua por parte del mercado externo ha derivado en una importante disponibilidad de recursos económicos de las familias, lo que a su vez ha incrementado el comercio local informal. De ahí que existe un más fácil acceso a los diferentes tipos de alimentos que antes resultaban inaccesibles, como las frutas y hortalizas.

Estadísticas de la quinuaLos pequeños campesinos afirman que “sus condiciones alimentarias ‘han mejorado, gracias a la quinua’” por esa diversidad a la que ahora pueden acceder para su consumo. A pesar de ello más del 50% de los entrevistados considera que “el suelo es más pobre que hace 3 años”, lo que se explica por la degradación debido al monocultivo (tres variedades de quinua abarcan el 75% de cultivo). Este último hecho además tiene efectos perjudiciales para otras actividades agrícolas (la relación de número de llamas por hectárea ha disminuido, por ejemplo).

La idea del estudio es también responder a la pregunta acerca de si es posible continuar con la expansión de los cultivos de quinua en la zona intersalar del sur del país desde el punto de vista medioambiental, social, económico y cultural. Y es que la presión de la demanda del mercado externo ha causado hasta ahora una respuesta de los agricultores que pretende satisfacer esos requerimientos aprovechando los altos precios en el mercado.// PIEB (BO)

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