La Paz sufre por los robos y la venta de drogas

Cada día se cometen al menos cuatro casos de robos, hurtos o atracos en el municipio de La Paz. Estos delitos causan temor en 20 de sus 23 distritos (ver el mapa de la infografía de las páginas 8 y 9). La tarde del 29 de abril, el empleado de una empresa que comercializa oro sufrió un atraco cuando trasladaba $us 62.000 y fue interceptado en el barrio de Sopocachi  por una banda de delincuentes armados que huyeron y se llevaron todo el dinero.

De los 6.306 casos atendidos el año pasado por la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) en la sede de gobierno, 1.491 fueron “delitos contra la propiedad” (que comprenden robo, hurto y robo agravado, a personas e inmuebles). Es el mayor índice, seguido por el de “delitos contra la corrupción pública”, con 1.361 y el de “delitos económico financieros”, con 1.011. En el caso del trabajador de la compañía aurífera, hubo un plan organizado por una banda delictiva.

A estas tres formas de robo contra personas, propiedades y negocios se suma la venta de drogas al menudeo (microtráfico) como el segundo delito con más casos en la ciudad. Cada semana, uniformados detienen a vendedores de droga en plazas, calles y quioscos del centro. Las plazas Eguino, San Pedro, Alonso de Mendoza, Riosinho y sus calles adyacentes son “zonas rojas” donde se comercializa marihuana y cocaína en sobres, indicó un exjefe policial que pidió no revelar su identidad.

Peligros en La PazEstas dos actividades delictivas preocupan a vecinos y autoridades policiales en las zonas Central y Sur, y las laderas Este y Oeste. Los robos afectan a 20 distritos (de las zonas Centro, Max Paredes, Cotahuma, San Antonio, Sur y Periférica), y el microtráfico de drogas está presente en cinco distritos (del Centro y Sur). En el caso de la venta de droga al menudeo, ésta se amplía a las unidades escolares, discotecas y centros nocturnos de los distritos afectados.

El municipio de La Paz tiene 764.617 habitantes, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2012, y está conformado administrativamente en nueve macrodistritos: siete urbanos (Centro, Cotahuma, San Antonio, Periférica, Max Paredes, Sur y Mallasa) y dos rurales (Hampaturi y Zongo). A la par, éstos se dividen en 23 distritos, de los cuales 21 son urbanos y dos, rurales (Hampaturi y Zongo).

Informe La Razón elaboró un mapa de los delitos en La Paz (páginas 8 y 9), con base en entrevistas a dirigentes vecinales de los 23 distritos del municipio, a autoridades policiales de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (zona Central y Sur), de la Dirección de Prevención de Robo de Vehículos (Diprove), el Observatorio Nacional de Seguridad Ciudadana (ONSC) y el Viceministerio de Seguridad Ciudadana. También consultó investigaciones y realizó recorridos en las zonas.

ASALTOS. Producto de la investigación, se identifica mayor actividad delictiva en los distritos del Casco Viejo, San Pedro, Miraflores, San Antonio, Villa Victoria, La Portada, Bajo Llojeta y el Sur. Lo que significa que en estas zonas se cometen, indistintamente, robos a personas, casas y negocios, aparte de la venta de drogas, además de otros ilícitos como robo de vehículos y autopartes, y robo a turistas. La mayoría responde a clanes organizados. Y otro delito que preocupa involucra a los avasallamientos en la zona Sur de La Paz.

En todos los distritos, excepto el de Zongo, que es rural, se presentan casos de consumo de bebidas alcohólicas en vías públicas, parques, plazas o campos deportivos, que, según vecinos, alimentan la inseguridad. Y en 12 distritos de los cuatro puntos cardinales existen pandillas que están en la mira por generar actos delictivos. Los datos de la Policía también incluyen casos de delitos como homicidios, asesinatos, violaciones y trata y tráfico de personas, pero su incidencia es menor en cuanto al número total de hechos.

“En enero de 2014, luego de asistir a una fiesta, un hombre de 27 años fue asaltado por la plaza Adela Zamudio, en Sopocachi, a medianoche. Mientras caminaba sintió un golpe en la cabeza, se desmayó y le robaron todo. Estuvo tirado en la calle”, cuenta Pilar Vásquez, secretaria de Obras de Playa Verde, del Distrito 3, que comprende Sopocachi y Cristo Rey.

El coronel Freddy Olivares, director nacional de la FELCC, explica que los delincuentes cometen los robos con mayor frecuencia porque es la manera “más fácil de obtener dinero”. “Los asaltos son la consecuencia del consumo de bebidas alcohólicas, pero también existen grupos que operan en la noche robando, y hay otros que practican el secuestro exprés (retención de una persona dentro de un vehículo para someterla hasta sacar su dinero de los cajeros electrónicos)”, dice Francisco Saavedra, dirigente del Consejo de Seguridad Ciudadana del Distrito 11, que comprende zonas como Vino Tinto, Achachicala, Agua de la Vida y otras.

En febrero de 2014, el dirigente envió una carta al Gobierno Municipal de La Paz para solicitar la instalación de cámaras de seguridad cerca de las unidades educativas que forman parte del distrito. La Policía identifica a las calles Cobija, Independencia, Armentia, Catacora, Kramer, Pisagua, Laja, pasaje Luis Lara, y las avenidas Chacaltaya, Perú y otras, como los sitios de mayor incidencia delictiva en esa área.

En el caso de los ladrones que roban carteras y operan en “taxis blancos”, la EPI San Antonio informó que mudan sus actividades por varias zonas de La Paz, una vez que los vecinos advierten su presencia. En el barrio de Sopocachi, habitantes también advierten esta particularidad. “A principios de año estaba circulando por la calle Menéndez Pelayo, en Sopocachi, y vi que a una mujer la seguía un taxi blanco, alguien salió de la ventana y le jaló la cartera. Ella no soltaba su bolso, por lo que fue arrastrada por varios metros, hasta que el sujetador se rompió. Estábamos con mi padre, la auxiliamos y la llevamos a su casa. Son taxis sin placas de control. Sucedió como a las 20.00”, cuenta Fernando Averanga, dirigente vecinal del barrio 8 de Diciembre de esta zona.

Otra especialidad de la delincuencia son los monreros, quienes ingresan a las casas y negocios para sustraer dinero, joyas y objetos de valor. “La mayoría de los casos que registramos son por robos y hurtos y, últimamente, los robos agravados, me refiero a bienes inmuebles. Sin embargo, de alguna manera esto se está neutralizando a través de las investigaciones y operativos que realizamos”, indica el director de la FELCC departamental, coronel Daniel Quintanilla.

Eran las 15.30 del 23 de enero, nadie respondía al llamado del timbre en la casa de la familia Salcedo Miranda, en la zona de Challapampa, en el Distrito 11. Los esposos salieron a trabajar, las hijas a estudiar y el abuelo estaba hospitalizado. Cinco monreros (ladrones de casas) entraron a las habitaciones, uno se quedó afuera como vigilante, y se llevaron todo lo que encontraron. La familia perdió cerca de $us 9.000 en objetos de valor, dinero y joyas.

Al día siguiente, en la inauguración de la  Feria de Alasita, otro grupo de ladrones ejecutó una estrategia más atrevida. Tres viviendas en el barrio Said Cruz Pata, en Pampahasi, en el Distrito 16, fueron robadas una tras otra. En una forzaron la puerta y a las otras ingresaron por la ventana, usando una escalera. “Sucedió al mediodía, las casas eran contiguas. No había nadie en esa casa porque era la Feria de Alasita. Los dueños tardaron casi dos horas en retornar, se llevaron varios objetos, como guitarras eléctricas, garrafas, dinero”, relata Norah Luque, presidenta de la Asociación Comunitaria de ese distrito, que comprende zonas como Pampahasi, Villa Salomé, Ciudad del Niño.

Arturo Quispe, exejecutivo de la Federación de Juntas Vecinales (Fejuve), coincide con la información policial y la denuncia de los dirigentes vecinales. En 2013 ya recibió denuncias al respecto, siendo Max Paredes y Periférica las zonas más vulnerables. “Robos a personas suceden casi en todos los distritos. Los delincuentes también entran a casas y se llevan lo que pueden”. Los monreros realizan sus fechorías en 13 distritos paceños.

En 2014, la FELCC de la zona Sur desarticuló tres asociaciones delictivas. Una de ellas a finales de diciembre. El grupo estaba conformado por tres malhechores, los cuales fueron atrapados en Irpavi, cuando huían de la Policía, con dos armas de fuego, una pata de cabra y dos juegos de manillas. El coronel Oswaldo Fuentes, director de la FELCC Sur, señala que todos los objetos robados eran vendidos a Juan A. M. (este intermediario es más conocido como “alberto”), quien luego los comercializaba en ferias públicas.

La Policía informa que los hurtos a actividades comerciales se presentan  con más frecuencia en la calle Huyustus y por el Cementerio General. Fuentes afirma que en la calle 21 de San Miguel (Distrito 19 de la zona Sur) también se denuncia este tipo de delito. “Los grupos delincuenciales seleccionan algunas zonas como Achumani, Irpavi, Los Pinos”, complementa el Director de la FELCC Sur.

ESTUPEFACIENTES. Sobre la venta de drogas en la ciudad, este medio accedió a los datos por entrevistas con oficiales policiales que trabajaron y trabajan en la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (FELCN), bajo la solicitud del anonimato, ya que esta dependencia policial no respondió al cuestionario enviado por Informe La Razón. Los vendedores de droga normalmente se ubican en las plazas principales de los barrios y en las calles aledañas de los distritos 1, 6, 11, 12 y 19. Cada fin de semana, la FELCN realiza operativos para aprehender a vendedores de sobres de marihuana y cocaína .

“Un tema que nos preocupa mucho es la venta de droga, y la plaza Eguino se ha convertido en un punto de referencia. Por la avenida América y por la calle Jaén también se comete este delito. Eso no es novedad”, manifiesta una dirigente vecinal del Distrito 1, cuyo nombre se mantiene en reserva por seguridad; esta área comprende barrios desde San Jorge hasta Santa Bárbara y San Sebastián.

El II Estudio Nacional de Prevalencia y Características del Consumo de Drogas en Hogares Bolivianos, de la Secretaría de Coordinación del Consejo Nacional de Lucha contra el Tráfico de Drogas (Conaltid) —de octubre de 2013 a junio de 2014—, refiere que en nueve ciudades capitales y El Alto, la marihuana es la droga que más se consume. Le siguen el clorhidrato de cocaína, inhalantes, pasta base y éxtasis.

El problema de la venta de drogas es la derivación en otros delitos que generan la inseguridad ciudadana, expresa el psicólogo forense Carlos Velásquez. “Alguien que consume drogas puede provocar un accidente de tránsito si maneja, puede sufrir un asalto, una violación, y esto afecta su integridad como persona. También puede ser victimario, porque se hace riesgoso su comportamiento ya que se altera su conciencia”. Esa alteración puede llevar a cometer delitos como robos o asaltos para conseguir dinero y, posteriormente, acceder a la droga.

Los representantes vecinales y autoridades policiales entrevistados ubican al robo de vehículos y de autopartes como otra de las actividades delictivas que tienen mayor presencia en el municipio de La Paz. Los datos de la Dirección Departamental de Investigación y Prevención de Robo de Vehículos señalan que en 2014 se registraron 358 casos. “Roban 0,9 vehículos por jornada, es decir casi uno cada 24 horas”, detalla el coronel Elvin Baptista, director departamental.

El 30 de enero de 2015, tras semanas de indagación, los hermanos José  R. M. (24), Néstor R. M. (26) y Marcos R. M (39), miembros de un clan familiar que arrastraba antecedentes desde 2009, fueron aprehendidos por la Diprove La Paz. Se les acusó del robo de al menos 60 motorizados. La banda operaba en el Centro, Miraflores y en el barrio Agua de la Vida; además en Villa Ingavi, en El Alto.

TURISTAS. Otra asociación delictuosa que operaba en La Paz, y a la cual se le atribuyó la muerte de personas, era la del “Clan Juli”. Seis personas fueron detenidas, cuatro varones y dos mujeres. De acuerdo con las pesquisas de Diprove, eran especialistas en robar vehículos antiguos y las mujeres usaban somníferos (pildoritas) para dormir a las víctimas.

El 11 de abril del año pasado, la Policía allanó tres domicilios en El Alto y encontró 12 motorizados robados, además de placas de control de los coches, cuyos dueños habían fallecido. Los especialistas en el robo de vehículos y sus partes también son conocidos como auteros.

Los distritos identificados por la Policía y los vecinos donde se registran más casos son el 1, 2, 6 y 13 (Miraflores, San Pedro, calle Riobamba y el mercado Rodríguez, la avenida Landaeta y Villa Fátima), y en el caso del robo de autopartes, los distritos más afectados son el 18 y 21 (Sur).

El 95% de los casos son hurtos originados por el descuido de los propietarios al dejar los coches estacionados en vía pública, en lugares con poca iluminación y calles vacías. El restante 5% corresponde a robos agravados, en los que los delincuentes obligan al dueño a abandonar su auto con armas de fuego, de acuerdo con los datos proporcionados por la Dirección de Prevención de Robo de Vehículos.

Los ladrones optan por hurtar en esas zonas porque les resulta más fácil huir, ya que existen varias vías de escape al norte sur, este y oeste de la ciudad. “La mayoría de los motorizados robados por el clan R. M. eran llevados a la región de los Yungas o incluso al altiplano”, prosigue Baptista.

Asimismo, los distritos 8 (Cementerio General, zona Callapampa), 11 (Terminal de Buses La Paz) y  6 (calles Sagárnaga y Murillo) son identificados como las zonas donde los turistas se convierten en víctimas de los ladrones, revela el coronel Mario López, excomandante de la Policía Turística de La Paz.

“Una mujer se hizo amiga de una pareja de turistas mientras viajaban de Copacabana a La Paz. En el Cementerio General les ayudó a tomar un taxi para dirigirse a un hotel. Avanzaron dos cuadras y apareció un tercero que resultó ser un falso policía, que revisó sus pertenencias y, sin que ellos se dieran cuenta, se llevó sus billeteras, celulares y otros documentos”, cuenta la autoridad policial.

Solo en 2014, esta unidad policial, que maneja sus propias estadísticas, atendió 1.557 casos de robos, de los cuales 789 fueron por hurto y robo de especies, 49 por hurto y robo de dinero, 53 por robo de joyas, 53 por sustracción de documentación, y 581 denuncias por otras causas. Los hechos suceden a cualquier hora del día, añade López. La Policía Turística realiza patrullajes diarios, de 07.00 a 22.00.// La Razón (COM)

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