Fernando Luis Ruiz Gómez, boliviano que trabaja para Huawei

Boliviano exiliado se convirtió en experto en suministro de energía

Los duros años de la dictadura en Bolivia obligaron a una madre enviar a su hijo al exterior para ponerlo a buen resguardo. Fernando Luis Ruiz Gómez tenía tan solo 19 años y era uno de los perseguidos políticos en el Gobierno de Luis García Meza por su activismo en la Federación de Estudiantes de Secundaria (FES).

Nacido en Oruro pero radicado desde su niñez en Cochabamba, Fernando destacaba por su liderazgo y actitud contestataria al Gobierno. Cuando varios de sus compañeros fueron apresados y desaparecidos llegó el momento en que se despidió del país y migró a Suecia junto a una tía, donde ya se encontraba su tío.

Para entonces, Suecia ya se había convertido en un lugar de refugio para los perseguidos políticos. Una primera generación de exiliados llegó a este país el año 1973, por medio de Chile y después del golpe de Pinochet, cuando el presidente Hugo Banzer Suárez comandaba la dictadura en el país. Posteriormente un segundo grupo se fue el año 1981, en el que se encontraba Fernando.

A su arribo a Suecia, lo único que podía hacer era estudiar. En 1982 se dio la amnistía y sus tíos decidieron retornar, pero Fernando se quedó.Bolivianos en el mundo

"Vi las posibilidades de quedarme y estudiar para luego volver a Bolivia".

Entonces, empezó a estudiar primero el idioma, luego se niveló en algunas materias que tenían mayor exigencia que en Bolivia para luego ingresar a la universidad.

"Desde pequeño me interesaba la ingeniería electrónica, entonces debía reforzar matemáticas, física, química, inglés y sueco".

Terminó la universidad con buenos resultados. La oferta laboral lo sedujo y decidió quedarse a trabajar.

Inicialmente, ingresó a la empresa Ericsson y el área que él quería trabajar era en programación. Aunque su inclinación profesional iba por el diseño, tuvo que desarrollar su experiencia en el área de electrónica de potencia. "No era lo que había querido, pero me empezó a gustar más".

Después de unos años fue promovido a ingeniero principal. Gracias a su capacitación constante fue nombrado responsable técnico y, posteriormente, líder de proyecto.

El año 2000 Ericson fue vendida a la norteamericana Emerson, y en 2003 los nuevos dueños decidieron cerrar el centro de desenvolvimiento en Estocolmo.

Fue entonces que, con todos sus conocimientos, tuvo la iniciativa de abrir una sucursal de la empresa noruega de telecomunicaciones Eltek, en donde trabajó durante 5 años.

Posteriormente, abrió su propia empresa consultora, con la que prestaba servicio a empresas locales, sin embargo, a los tres meses su experiencia fue requerida por la asiática Huawei.

Pasó poco tiempo para que fuera reconocido como experto en equipos de suministro de energía para telecomunicaciones.

Su principal aporte fue el soporte de mercado buscando siempre la satisfacción de clientes de alto nivel. Gracias a su gestión Huawei consiguió el contrato con uno de sus clientes más grandes.

"Soy el interlocutor entre la empresa y el cliente".

Entre los años 2013 y 2014 sus artículos científicos fueron expuestos en diferentes conferencias de Hamburgo, Alemania y Vancouver, Canadá.

Aunque son más de treinta años los que lleva en Suecia, Fernando nunca olvida sus raíces y viaja una vez al año a Bolivia para visitar a su familia.

Siempre tengo a Bolivia en mi corazón por eso no me alejo

Fernando Luis Ruiz Gómez

Ingeniero electrónico

El momento que salí del país tuve un sentimiento algo así como si hubiera traicionado a mis compañeros que estaban luchando contra la dictadura.

Fue difícil salir y empezar todo de nuevo en un país extraño.

Sin embargo, en los más de 30 años que estoy fuera siempre tengo a Bolivia en mi corazón, viajo cada año allá y guardo siempre la herencia de mis raíces, en mi forma de hablar, de obrar y sentir, trato siempre de ser positivo.

Gratamente veo que cada vez son más los profesionales que sobresalen en el exterior y eso significa que la formación y educación en Bolivia va mejorando.

Personalmente nunca sentí ninguna dificultad de tipo discriminatoria en Suecia, pero mi meta es volver a Bolivia cuando me haya jubilado.// Opinión

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