El vagabundo boliviano que apoya a Donald Trump

Vive bajo el puente que da la bienvenida a la zona de Obrajes, en La Paz. En el día se lo ve recogiendo cartones que por la noche servirán de colchón. Come lo que encuentra en la basura y a veces la vecindad le da alimentos, que para él son un banquete. Camina agachado y bordea los 70 años de vida. No habla, no mira al frente y se viste con ropa vieja que con el pasar del tiempo es prácticamente inutilizable.

Nadie sabe su nombre y algunos le critican por la humareda que generan sus fogatas por las noches, pero pocos saben que ese esa su calefacción para soportan el intenso frío paceño. Un día agarró un carbón y destapó ese don que le dio la vida: un artista que dibuja rostros en las paredes, pero una de sus obras llamó la atención, una que apoyaba la candidatura de Donald Trump, aspirante a la Presidencia de Estados Unidos.

Caminaba agachado y agarraba una hoja de un periódico. En esa plana sobresalía una de las tantas noticias que genera Donald Trump. Él sabe leer y está interiorizado de lo que pasa en Bolivia y en el mundo. Agarra los diarios que se convierten en desperdicio. Ese es su pasatiempo. Una mañana de agosto se lo veía muy concentrado, con un carbón en sus manos.

Cosas quer suceden en BoliviaCon la izquierda sujetaba el periódico donde se veía a Trump y con la derecha dibujaba uno de los pilares de la primera pasarela de Obrajes. Se tomó el tiempo necesario y el retrato salió casi perfecto. Pero llamó la atención lo que publicó al lado, escribió un mensaje de respaldo al candidato estadounidense. "En elecciones de Estados Unidos yo apoyo al D. Trump".

Trump es criticado por su política contra los inmigrantes latinos que ingresan a territorio estadounidense. Al parecer al vagabundo no le interesa esa iniciativa, igual lo respalda. Y no sabemos por qué, ya que no responde a las preguntas y se limita a seguir dibujando. Se fue feliz luego de explotar su aptitud, algo que muchas personas que pasan por esa vía —que conecta la zona sur con el centro de La Paz— ni siquiera tuvieron la suerte de apreciarla. // El Deber

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